Discurso de grado familia Rodriguez, prom 2018:
Buenos días queridos alumnos, profesores, directivos e invitados especiales del Colegio Gran Bretaña.
Me ha correspondido el día de hoy el honor de dirigirme a ustedes en representación de los padres de familia en esta ceremonia de graduación, lo cual constituye para mi un motivo de gran alegría y por
lo cual estoy muy agradecido. Les prometo que seré muy breve.
Como familia, hemos tenido el privilegio de pertenecer a la comunidad del Colegio Gran Bretaña por 11 años, lo cual resulta bastante inusual dentro de una comunidad internacional de alta rotación. Durante estos años, hemos disfrutado de la oportunidad de estrechar lazos de amistad con muchas familias de diferentes países, a las que dos o tres años después despedimos en medio de la tristeza, y a quienes hoy recordamos con nostalgia. A todos ellos, en el lugar del mundo en que se encuentren, les enviamos un saludo muy especial.
También hemos tenido el privilegio de ver a un grupo de niños transformarse en adultos con pensamiento crítico y mente abierta, capaces y responsables, emprendedores, respetuosos de la diversidad y con gran conciencia social y ambiental.
En lo académico, no tenemos más que reconocimiento a la labor del colegio, pues su formación les ha abierto las puertas a las mejores universidades del mundo, allá donde llevarán todos los valores que les han sido inculcados y seguramente serán unos muy dignos representantes de la comunidad del CGB.
Por supuesto, nada de esto habría sido posible sin el compromiso, profesionalismo y dedicación de todos y cada uno de los profesores, y sin el acompañamiento incondicional de las familias. A los profesores, nuestro más profundo agradecimiento, admiración y respeto, y a los padres de familia una sincera felicitación por la misión cumplida.
Hoy es un día de emociones. Para ustedes, un día lleno de alegría, de recuerdos, de satisfacción, y sobre todo, de entusiasmo por el futuro y el camino que tienen por delante. Para nosotros, un día de emociones encontradas. La felicidad y el orgullo de verlos alcanzar un escalón más, la expectativa de verlos construir su propio camino para ser felices, y la tristeza de verlos partir. No estamos listos, y tal vez nunca estaremos listos para verlos partir, pero siempre estaremos atentos y dispuestos para apoyarlos en lo que necesiten, siempre guardando la secreta esperanza de haber hecho lo correcto y haber podido iluminar su camino con el buen ejemplo.
Como a muchas “nuevas generaciones” anteriores, tal vez le critiquen a esta nueva generación, entre otras cosas, que se creen que van a cambiar el mundo… Pues sí, créanselo y asuman esta misión con responsabilidad y entusiasmo, ustedes y millones de jóvenes son los llamados a transformar este mundo complejo y maravilloso a la vez, trabajando para tener una sociedad mejor… donde haya más puentes que unan y menos muros que dividan, más diálogo para construir y menos violencia para destruir, más solidaridad y menos abusos, menos hambre, más bienestar… un mundo ambientalmente sostenible, un mundo en paz…
Ha llegado un momento de decisiones importantes, de cambios, de retos, de poner en práctica lo que se ha aprendido… pero también de perseguir los sueños. Hoy se inicia el recorrido de un camino que no se sabe con precisión a donde lleva y que se irá construyendo cada día para darle forma a esos sueños. Los invito a disfrutar del camino, a celebrar los logros, a estar preparados para enfrentar las dificultades y a aprender de los errores.
Les deseamos muchos éxitos en esta nueva etapa que inician, para que alcancen las metas que se tracen y se cumplan sus sueños. ¡De todo corazón, felicitaciones!
Este es el discurso de grado familia Rodriguez, quienes tienen 2 hijos en el colegio y que llevan acá desde el año 2007 – 2008, y cuya hija se graduó este año.